Las cocinas de nuestros hogares suelen ser uno de los sitios más utilizados por todos nosotros. En ellas pasamos gran parte de nuestros días, ya sea preparándonos ricos platillos, desayunando, almorzando, merendando o cenando. O simplemente también porque nos resulta a gusto estar en ellas.
Es por ello que tener una apropiada decoración para nuestras cocinas resulta algo muy importante y que nos otorgará ese descanso mental que muchas veces necesitamos tras una jornada laboral agotadora.
Según el estilo general de tu casa o departamento, según el tamaño general de tu hogar y por supuesto de tu cocina, y también, de más está decirlo, según el presupuesto con el que cuentes para llevar a cabo ciertas reformas, las posibilidades de tener ese espacio a tu gusto son infinitas.
Tampoco es necesario gastarse fortunas para tener la cocina soñada. Muchos materiales son imitaciones y no por ello disten en demasía de la apariencia del material original. Y tampoco estamos hablando aquí que sacrifiques calidad. Sino más bien, que seas inteligente a la hora de elegir.
Las posibilidades, como ya te contamos, son infinitas. Algo muy tradicional, es darle un toque natural a tu cocina. Para ello, ingéniate de tal manera que le puedas ofrecer espacios para plantas, colores en tonos madera, estantes para exhibir frutas, cuadros acordes en tonos similares, buena iluminación.
Si tienes la suerte de contar con una ventana por la que, entre una buena cantidad de luz al día, no la desperdicies. Es fundamental para proveerte de esa iluminación natural de la que te estábamos hablando. Decorarla con un buen cortinado, sobrio, no muy cargado, será clave para generar un ambiente acogedor, pero a la vez que no resigne en iluminación.
De más está decirte que las mesadas de mármol pueden quedar muy elegantes, pero sabemos perfectamente que son muy costosas. Que esto no te sea un limitante para elegir cualquier otro material igualmente resistente que te otorgará un buen espacio para cocinar y no con ello debas gastar un ojo de la cara para hacerte con él.
La distribución de los espacios será un aspecto clave a tener en cuenta. No sobrecargues tu cocina. Si el tamaño de ella no da para colocarle una mesa, no “fuerces” la situación. Simplemente no la coloques. Lo que perderás en poder comer en tu cocina, ganarás en espacio. Y te podemos asegurar que esta ganancia es mucho mejor que resignarla por el solo hecho de querer agregar esa mesa para almorzar o cenar.
Ingéniate, si tu cocina no está muy iluminada, en no poner una luz tenue. Hay gran variedad de iluminarias, y no con ello te estamos hablando solo de una iluminación centralizada. Puedes aprovechar cada espacio de tu cocina para colocar apliques o distintos tipos de luminarias. Incluso también, si quieres destacar un espacio, pared o sector en particular de tu cocina, la iluminación podrá convertirse en tu mejor aliada.
Y recuerda que una buena alacena, con estantes sólidos y espaciosos, te permitirá guardar y almacenar todos aquellos productos que no suelen verse bien en estantes o simplemente arriba de la mesa o mesada. Asegúrate de ser prolijo, de guardar cada cosa en su lugar y de hacerte con más espacio. Ganarás mucho en libertad visual, y eso te permitirá querer pasar más tiempo disfrutando en tu cocina.
Y ¿Quién sabe? Incluso también a partir de esto, ¡te conviertas en ese chef especializado y sofisticado que tantas veces soñaste serlo!
Hola Juan. Está bien el artículo y coincido contigo en varios aspectos como lo de no volverse loco y empeñarse en meter una mesa, aunque a mi personalmente me gusta mucho y aunque sacrifique un poco de espacio voy a poner una no muy grande. Creo que aportaría bastante que hablarás de cuánto nos podemos gastar en comprar, por ejemplo, la mesa de mármol o qué opciones tenemos para darle luz.