Todo para el salón

Si tienes un salón grande en tu casa y decides darle luminosidad y calor convirtiéndolo en un salón acogedor y familiar, puedes optar por una chimenea.

La chimenea no solo nos proporciona un calor que en esos días de invierno se agradece mucho, nos proporciona un ambiente único y familiar en nuestro hogar, pues frente a la chimenea podemos pasar los ratos más bonitos y más agradecidos junto a los nuestros.

El único inconveniente de la chimenea es tener que buscar la madera y darse el trabajo de encender el fuego, pero por lo demás le estaremos agradecidos a ese trabajo. Y es que una chimenea le dará a nuestro salón un aire acogedor y rústico que nos quitará las ganas de salir del salón, tanto a nosotros como a nuestras visitas.

Si cuentas con un salón unido al comedor, puedes optar por separar estos dos mediante una pequeña pared en la que puede ir colocada la chimenea. Esta pared puede ser del mismo color que el resto de la pared del salón o ir de otro color para destacar, incluso en blanco. El lado de la chimenea dará a la parte del salón donde nos sentaremos, donde estará el sofá y la televisión, y el otro lado de la pared dará al comedor. Para que no quede muy simple este lado de la pared, podemos decorarla, por ejemplo con un espejo o con un cuadro.

Si no contamos con comedor y salón, o el salón no es lo bastante amplio como para dividirlo en dos, podemos empotrar la chimenea a la pared, por ejemplo. Aunque hay que tener cuidado en este aspecto, sobre todo si se cuenta con niños en la casa, pues fácilmente un sofá que se encuentre demasiado cerca podría salir ardiendo. Lo mejor en estos casos es cubrir la chimenea con un cristal especial para ella, lo que proporcionará un calor extra.

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