¡Por fin ha llegado el momento! Has conseguido todo lo necesario para salir del nido. Te esperan por delante muchas aventuras. Algunas te harán reír y también las habrá que te harán pasarlo un poco mal porque de todo hay en esta vida, pero lo que es seguro es que tu madurez toma una nueva dimensión cuando decides establecerte por tu cuenta. Para que los números te cuadren, algo seguramente difícil cuando estás empezando a vivir de manera independiente, una buena idea es buscar una vivienda en zonas periféricas. Podemos centrarnos, por ejemplo, en los pisos en alquiler de Manresa, Barcelona, donde podremos vivir por menos dinero que en la capital, al igual que otras poblaciones cercanas como Molins de Rei, Granollers o Mataró, entre muchos otros lugares.
*Imagen de Creative Commons de Advait Supnekar
Una buena comparación es la mejor base
Acabamos de empezar, por lo que la paciencia se va a convertir en nuestra mejor aliada. Saber esperar hasta encontrar aquello que realmente se ajusta a lo que necesitamos es la clave para lograr nuestros objetivos. Esto significa que será necesario a veces buscar mucho hasta dar en el clavo, aunque también se puede tener buena suerte y encontrar lo que se ajusta a nuestra idea en poco tiempo.
En cualquier caso, no se trata de decidirlo la primera semana. Si no tenemos un motivo de fuerza mayor por el que irnos de casa de nuestros padres, siempre que tengamos la posibilidad será mejor realizar una buena comparativa antes de lanzarnos.
Planificar el presupuesto para nuestra nueva casa
Una vez que hayamos elegido el lugar que más nos encaja, una buena idea es planificar un presupuesto para saber cuáles van a ser nuestros gastos, para poder afrontarlos sin problema. Si conseguimos encontrar un alquiler económico tendremos mayores posibilidades de invertir en aquello que necesitemos en cuanto a equipamiento. Seguro que tenemos un montón de ideas de cosas que pensamos comprar, desde una cafetera de cápsulas hasta una buena cajonera para organizar debidamente los armarios.
Cuidado aquí con los gastos superfluos, has de ser consciente en todo momento de que tu dinero es limitado y no puedes estar malgastándolo. Cuando nos lanzamos a la aventura de vivir por nuestra cuenta es fácil dejarnos llevar por la ilusión del momento y realizar compras de las que luego nos arrepentimos. Aunque te cueste, mantén la cabeza sobre los hombros y hazte una serie de preguntas sobre cada una de tus posibles adquisiciones: ¿Realmente te hace falta? ¿Cuántos días has tenido que trabajar para poder permitírtelo? ¿Crees que dentro de un año lo seguirás necesitando? Respondiendo a cuestiones como estas podremos saber si realmente merece la pena.
Negociar lo relacionado con los muebles
La capacidad de cada uno para conseguir lo que quiere es inherente a su personalidad, aunque hay algunas tácticas que podemos intentar. Si visitamos un piso que tiene algún mueble que no nos gusta, podemos hablar con su propietario para pedirle que retire algunas piezas. Si ve tu intención de mantener tu domicilio en esa casa durante mucho tiempo puede ser más receptivo.
Por este motivo, antes de hacer cualquier tipo de comentario que pueda ser negativo, la suavidad y la elegancia deben ser tus máximas. Comenta primero las virtudes que tiene el piso, la distribución, la luminosidad o las cortinas. Cualquier elemento que te sirva para empezar la conversación con algo positivo. Acto seguido es interesante que le hagas saber que tu intención es alquilar para un tiempo prolongado, para luego dejar caer de manera delicada que si fuese posible te interesaría quitar esta mesa o poner tu propia cama en el dormitorio. De esta manera podrás tener un espacio más personalizado en el que te sentirás como en casa en poco tiempo.